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Cuando el cabello se cae más de lo normal.


Cuando el cabello se cae más de lo normal.

El efluvio telógeno es una forma común de caída difusa del cabello. No es una enfermedad contagiosa ni provoca calvicie permanente, pero sí puede causar preocupación y afectar la autoestima. Se produce cuando una gran cantidad de folículos pilosos entra de manera simultánea en la fase de reposo del ciclo capilar, llamada fase telógena, lo que provoca que el cabello se desprenda con facilidad unas semanas o meses después del factor desencadenante.

En condiciones normales, cada cabello pasa por un ciclo que incluye una fase de crecimiento (anágena), una fase de transición (catágena) y la fase de reposo (telógena). En esta última, el cabello deja de crecer y finalmente se cae para dar paso a uno nuevo. En el efluvio telógeno, este proceso se acelera o se altera, haciendo que se caigan muchos más cabellos al mismo tiempo.

El síntoma principal es la pérdida abundante y difusa de cabello, que puede notarse al peinarse, lavarse la cabeza o al ver más cabellos de lo habitual en la almohada. A diferencia de otros tipos de alopecia, el efluvio telógeno no suele provocar zonas calvas localizadas, sino que el cabello se ve menos denso en general. No se acompaña de dolor ni picazón, aunque algunas personas pueden notar el cuero cabelludo más sensible.

Los factores que pueden desencadenar un efluvio telógeno son:

- Estrés físico intenso, como una cirugía, fiebre alta o una enfermedad grave.
- Estrés emocional importante.
- Cambios hormonales, como el posparto o la menopausia.
- Deficiencias nutricionales, especialmente de hierro, zinc o proteínas.
- Pérdida de peso rápida o dietas muy restrictivas.
- Ciertos medicamentos, como anticoagulantes, retinoides o quimioterapia.
- Infecciones o enfermedades crónicas.

Generalmente, la caída comienza entre dos y tres meses después del factor desencadenante. En la mayoría de los casos, el efluvio telógeno se resuelve solo una vez que se elimina o se corrige la causa. El cabello suele empezar a crecer nuevamente entre tres y seis meses después, aunque puede tardar más en algunos casos.

El tratamiento se enfoca en identificar y, si es posible, tratar la causa.

- Mejorar la alimentación y asegurar un aporte suficiente de proteínas, hierro y vitaminas.
- Reducir el estrés con técnicas de relajación o terapia psicológica.
- Usar productos capilares suaves para no dañar el cabello nuevo.

En ciertos casos, el médico puede recomendar suplementos nutricionales o tratamientos tópicos que estimulen el crecimiento.