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La grave epidemia de diabetes en México.


La grave epidemia de diabetes en México.

La diabetes se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud en México. Se trata de una enfermedad crónica en la que el cuerpo no produce suficiente insulina o no la utiliza de manera adecuada. Como resultado, la glucosa se acumula en la sangre y con el tiempo puede dañar órganos como el corazón, los riñones, los ojos y los nervios.

En México, la diabetes tipo 2 —la forma más común— ha alcanzado niveles alarmantes. Según datos de la Secretaría de Salud, millones de personas viven con esta enfermedad, y muchas de ellas ni siquiera lo saben. Esto se debe a que los síntomas pueden tardar años en aparecer. Entre ellos se encuentran el cansancio extremo, la sed constante, el aumento de la frecuencia urinaria y la pérdida de peso sin explicación.

En este problema creciente, el cambio en los hábitos alimenticios ha tenido un papel central. Durante las últimas décadas, la dieta tradicional mexicana —rica en granos, verduras y legumbres— ha sido reemplazada por alimentos ultraprocesados, bebidas azucaradas y comida rápida. Además, el sedentarismo se ha vuelto común, especialmente en las ciudades, donde muchas personas pasan horas frente a pantallas y hacen poca actividad física.

También existen factores genéticos que aumentan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, especialmente en poblaciones como la mexicana, que tiene una alta predisposición hereditaria. Sin embargo, el estilo de vida sigue siendo el factor más determinante. La obesidad y el sobrepeso, presentes en más del 70% de los adultos, son los principales detonantes de la enfermedad.

Las consecuencias de esta epidemia son graves. La diabetes no controlada puede causar ceguera, insuficiencia renal, amputaciones y enfermedades cardiovasculares. Además, representa una enorme carga económica para el sistema de salud y para las familias. El costo del tratamiento, los medicamentos y las complicaciones asociadas se traducen en un problema social y financiero de gran magnitud.

Frente a esta situación, México necesita reforzar la prevención y la educación en salud. Es fundamental promover una alimentación equilibrada, fomentar el ejercicio diario y realizar chequeos médicos regulares. Detectar la enfermedad a tiempo permite evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen.

En cuanto al futuro, las perspectivas son preocupantes si no se toman medidas urgentes. Se estima que el número de personas con diabetes seguirá aumentando en los próximos años, impulsado por los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo.

Combatir la diabetes requiere el esfuerzo conjunto de la sociedad, las autoridades, el sistema de salud y cada persona. Con información, prevención y cambios en el estilo de vida, todavía es posible frenar esta epidemia y proteger la salud de millones de mexicanos.