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Inmunooncología, enormes esperanzas en el tratamiento del cáncer


Inmunooncología, enormes esperanzas en el tratamiento del cáncer

En lo que se refiere a tratamientos para diferentes tipos del cáncer, durante el siglo XX se desarrollaron tres grandes: la radioterapia, la quimioterapia y las terapias dirigidas, que, junto con las cirugías para extirpar tumores, abrieron el camino a la remisión de estas terribles enfermedades. En el siglo XXI, la inmunoterapia ofrece enormes posibilidades para tratar el cáncer, activando el sistema inmune del organismo para ayudarlo a luchar contra esta enfermedad.

En la actualidad, el cáncer es uno de los desafíos más importantes en materia de salud. De acuerdo con datos de Globocan, en 2012 se diagnosticaron más de 14.1 millones de nuevos casos en el mundo, y se espera que para 2030 esta cifra aumente a 21.4 millones.

Cada día en más casos, el cáncer no tiene que significar una sentencia de muerte; los conocimientos científicos avanzan a un ritmo vertiginoso, arrojando luz en las posibilidades de mejores tratamientos. La inmunoterapia para el cáncer emplea una estrategia indirecta, que consiste en estimular el sistema inmunitario del paciente para que reconozca las células cancerígenas y detenga su crecimiento o las destruya, a diferencia de las terapias convencionales, que actúan directamente sobre el tumor.

Los tratamientos de inmunoterapia comenzaron a aplicarse en las fases avanzadas del melanoma y el cáncer de pulmón, y después se han ido ampliando sus indicaciones al cáncer de vejiga, riñón, a los tumores de cabeza y cuello, y también al cáncer de mama. La terapia ha conseguido que, entre un 20% y un 30% de los pacientes con enfermedad avanzada se beneficien de manera espectacular, y sobrevivan hasta cinco años después del inicio del tratamiento.

En los tumores de pulmón, por ejemplo, los resultados son prometedores. Un estudio del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), publicado en Lancet Oncology, reportó que un grupo de pacientes con tumores en estadios intermedios recibieron tratamiento con inmunoterapia y quimioterapia, previo a la cirugía, y la supervivencia a los dos años se duplicó con respecto a los tratamientos tradicionales.

Sin embargo, este tratamiento no desplaza a las terapias clásicas, que siguen siendo necesarias y eficaces; las puede complementar, siendo una herramienta terapéutica más a disposición de los oncólogos y sus pacientes; se usa sola o en combinación con otras terapias, antes y después de la cirugía.

Respecto a los efectos secundarios de la inmunoterapia para tratar el cáncer, este tratamiento actúa sobre las células malignas sin dañar a las sanas, por lo que estos son menores que en las terapias convencionales, y aparecen como consecuencia de la estimulación aumentada del sistema inmunitario. En algunos casos, el sistema inmune puede llegar a percibir los tejidos y órganos sanos como ajenos y reaccionar contra el propio organismo.

Muchas de las posibilidades terapéuticas de la inmunooncología todavía están en investigación, y según los especialistas, su aplicación médica tiene un largo camino por delante. Sin embargo, estos innovadores tratamientos constituyen una revolución terapéutica para una serie de tumores, para los cuales existían pocas posibilidades.

La cuarta pata en el abordaje del cáncer, junto a la quimioterapia, la radioterapia y la cirugía, está todavía en la adolescencia. Le queda mucho para alcanzar la madurez, pero todos los especialistas coinciden en que el tratamiento de la enfermedad ha entrado en una nueva era con la inmunooncología. Para Rosario García Campelo, “la aparición de más medicamentos y el desarrollo de nuevas estrategias y combinaciones con terapias clásicas, plantean una perspectiva de desarrollo arrollador para la inmunooncología”.