El paludismo, también conocido como malaria, es una enfermedad infecciosa que afecta a millones de personas en todo el mundo cada año. La enfermedad es causada por un parásito llamado Plasmodium, que se transmite a los humanos a través de la picadura de mosquitos hembra infectados. Los mosquitos que transmiten la malaria suelen picar durante la noche o en las primeras horas de la mañana.
A pesar de que el paludismo es una enfermedad prevenible y tratable, sigue siendo una de las principales causas de enfermedad e incluso de muerte en muchos países.
Los síntomas de la malaria pueden tardar días o incluso semanas en aparecer después de la picadura de un mosquito infectado. La forma más común de malaria se presenta con ataques recurrentes de fiebre, escalofríos y sudores. Otros síntomas pueden incluir dolor de cabeza, náuseas y vómitos. La gravedad de la infección puede variar dependiendo del tipo de parásito Plasmodium y de la salud general del huésped. En casos graves, la malaria puede causar anemia, falla renal, convulsiones y, en casos extremos, la muerte.
La prevención de la malaria incluye medidas para evitar las picaduras de mosquitos, así como medicamentos preventivos, que se distribuyen en las regiones donde esta enfermedad se presenta con frecuencia. Algunas medidas para evitar las picaduras de mosquitos incluyen dormir debajo de mosquiteros tratados con insecticida, usar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo y usar repelentes de insectos.
A pesar de ser una enfermedad grave, la malaria se puede tratar con el diagnóstico y tratamiento adecuados. El tratamiento para la malaria incluye el uso de medicamentos específicos contra los diferentes tipos de Plasmodium. Es importante recibir atención médica de inmediato si se presentan síntomas de malaria, y se vive en zonas de mayor incidencia, o si estas se han visitado recientemente.