En un mundo donde no paramos ni un segundo, y si lo hacemos es para ver el celular y acelerarnos otro poco, se hacen necesarios momentos de paz.
Quienes vivimos en las grandes ciudades conocemos de primera mano el estrés. Siempre tenemos prisa, es difícil llegar a tiempo, mil cosas qué hacer, además de trabajar; porque trabajamos mucho, parecemos hormiguitas. Y no tenemos tiempo para nada, ni para comer en paz, ni para hacer un poco de ejercicio, ni para dormir una siesta, tomar una copa o hacer el amor; tiene que ser un rapidín, porque mañana me tengo que despertar temprano… y así. Se nos va la vida acumulando cosas en el mejor de los casos, y siempre a cambio del deterioro de nuestro cuerpo y nuestra mente.
¿Así quieres vivir? Yo no, y casi te aseguro que tú tampoco. Te propongo: busca una manera de disfrutar la vida, de echarte un clavado adentro de ti y conocerte, de respirar profundamente y sentir (pero de verdad sentir) el olor del aire, su caricia. Y no te estoy sugiriendo que empieces a tomar drogas alucinógenas o hagas alpinismo o te inscribas a un retiro de Yoga.
Mejor, compra una planta.
Leíste bien, cuidar y mantener viva una planta te pone en contacto con la madre tierra y puede darte más paz y relajación de lo que te imaginas; te puedes beneficiar de esta práctica tan simple a nivel físico, emocional y espiritual. Por si esto fuera poco, no es complicado, es accesible para cualquier bolsillo y no es necesario tener un jardín o un gran espacio, basta con un balcón o cualquier espacio iluminado en la casa y una maceta.
Muchos estudios se han realizado al respecto; uno de ellos, desarrollado en Holanda en 2011, determinó que con media hora diaria dedicada a cultivar o cuidar plantas se pueden reducir significativamente los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. Por otra parte, en un estudio con personas mayores, la Universidad de Texas descubrió que los niveles de optimismo y de satisfacción con la vida eran considerablemente mayores en quienes cuidaban plantas.
Algunos de los beneficios de cuidar cotidianamente una planta son:
✔ Te liberas del ensimismamiento y el egocentrismo, preocupándote por el bienestar de otro ser, sus necesidades y su vulnerabilidad.
✔ Te da un momento de desconexión total para dejar de pensar en tus problemas y preocupaciones.
✔ Practicas el amar y respetar una forma de vida diferente a la humana.
✔ Pasar un rato en un balcón o un área donde da el sol aumenta tus niveles de endorfinas, una hormona relacionada con el placer y la felicidad.
✔ Ayuda a fortalecer la confianza en ti mismo, la satisfacción personal y la autoestima, al ver los resultados positivos de tu dedicación y entrega.
✔ Aumentan el sentimiento de amor por tu hogar y la necesidad de organizar tu mente.
Así que si quieres salir de corre-corre, del estrés que te hace apretar los dientes de noche, y de día no te deja concentrar, de las explosiones de ira o de vivir en el futuro y el pasado, compra una planta; una que sea linda, que te guste, que requiera de ciertos cuidados y empieza una relación con ella. Verás que no te vas a arrepentir.