El pádel es un deporte de origen mexicano que ha adquirido en las últimas décadas una enorme popularidad en España y América Latina. Se juega con palas, en parejas y tiene tres elementos fundamentales: la pelota, la pala y la cancha de juego. Consiste en hacer botar la bola en el campo contrario, con la posibilidad de rebotar en las paredes. El pádel combina elementos del tenis, ráquetbol y squash.
El mexicano Enrique Corcuera era un apasionado del frontón, y tenía una casa en el puerto de Acapulco con una cancha para jugar este deporte. Se dice que, en 1969, para evitar que la vegetación exuberante invadiera la cancha, decidió construir una pared de unos tres metros de altura opuesta a la que ya tenía. Añadió una red, cerró los costados con otros muros, y finalmente rodeó todo con una valla metálica, según dicen, para evitar que la pelota se volara hacia la casa del vecino. Así surgió el pádel que, al paso de los años se extendió hacia España y Argentina, y actualmente es uno de los deportes de mayor crecimiento.
Los beneficios del pádel son:
- Cualquiera puede practicarlo, sin importar la edad o las habilidades; es un deporte que se adapta a las características y destrezas de sus jugadores, quienes establecen el ritmo y el nivel de juego.
- Ayuda a manejar el estrés, ya que el aislamiento que da la cancha, y el grado de concentración que se requiere obligan a estar “aquí y ahora”, desconectándose de las preocupaciones de la vida diaria.
- Favorece la coordinación y los reflejos, que mejorarán conforme se adquiere más experiencia en el juego.
- Tonifica los músculos, especialmente de piernas y glúteos, además de brazos, cintura y espalda.
- Al ser un ejercicio aeróbico, fortalece el corazón y ayuda a prevenir enfermedades cardiacas y a mantenerse en un peso saludable.
- Al ser un deporte de equipo, da sentido de compromiso y de colaboración para alcanzar metas en común.
Si tienes oportunidad, no dejes de intentarlo, te enamorarás del pádel.