
Deficiencia de hierro.

La deficiencia de hierro es una de las causas más comunes de anemia en el mundo. Ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente hierro, un mineral esencial para producir hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno a los tejidos. Cuando los niveles de hierro son bajos, la cantidad de glóbulos rojos también disminuye, lo que da lugar a la anemia ferropénica, un trastorno que puede afectar la salud.
Entre las principales causas de la deficiencia de hierro se encuentran una dieta pobre en hierro, la pérdida de sangre (como ocurre en menstruaciones abundantes o sangrados gastrointestinales), y la incapacidad del cuerpo para absorberlo correctamente, como sucede en algunas enfermedades intestinales. Además, en periodos como el embarazo, las necesidades de hierro aumentan, y si no se cubren adecuadamente, puede aparecer anemia.
Los síntomas de la anemia ferropénica incluyen cansancio extremo, debilidad, palidez, dificultad para concentrarse y, en casos más graves, palpitaciones o falta de aire. También pueden presentarse signos menos comunes, como uñas frágiles, caída de cabello o sensación de frío constante. Sin embargo, en las primeras etapas, la deficiencia de hierro puede no presentar síntomas evidentes, lo que dificulta su detección temprana.
El diagnóstico se realiza a través de un análisis de sangre que mide los niveles de hemoglobina, hierro y ferritina. Si se confirma la deficiencia, el tratamiento dependerá de la causa. En general, se recomienda aumentar la ingesta de alimentos ricos en hierro, como carnes rojas, hígado, pescado, legumbres, espinacas, y frutos secos. Además, se puede recetar un suplemento de hierro para reponer los niveles más rápidamente. Es importante consumir vitamina C, presente en frutas cítricas y algunas verduras como el brócoli, junto con los alimentos o suplementos de hierro, ya que mejora su absorción.
Prevenir la deficiencia de hierro es posible con una dieta equilibrada y, en algunos casos, con la suplementación adecuada, especialmente en personas con alto riesgo, como mujeres en edad fértil, niños pequeños, adolescentes y embarazadas. También es fundamental tratar cualquier condición subyacente que pueda estar causando la pérdida de hierro.
Si tienes síntomas o factores de riesgo, consulta a tu médico. Nunca te automediques.