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Mascota un excelente maestro de la vida


Mascota un excelente maestro de la vida

Múltiples investigaciones han demostrado que acariciar y mirar de manera sostenida y profunda a nuestro animal de compañía eleva los niveles de serotonina y de oxitocina, la hormona de la felicidad responsable de gran parte del comportamiento afectivo. Acariciar a nuestro animal de compañía disminuye la presión arterial, depresión y los niveles de ansiedad, entre otros múltiples beneficios, tanto para adultos como para niños.

Una estrecha relación con un animal doméstico ha demostrado ser beneficiosa en un estudio tras otro; por ejemplo, psicólogos de la Universidad Estatal de Oregon, realizaron una investigación en niños en edad preescolar, en la que encontraron que enseñar a los niños a cuidar a un cachorro aumenta sus capacidades sociales futuras; Tener un animal de compañía hace que los niños cooperen y participen más, dijo la Dra. Sue Doescher, psicóloga involucrada en el estudio. Tener un animal de compañía mejora la capacidad de los niños para desarrollar habilidades, como por ejemplo ser responsables y ser empáticos con los demás; ponerse en lugar del animal e imaginar cómo se siente, genera empatía que se puede aplicar después en las relaciones con otros niños.

Los animales pueden ayudar a desarrollar sentimientos positivos hacia todos los seres vivos, y contribuir a la autoestima y la autoconfianza del niño, así como favorecer las relaciones de confianza hacia otros, al desarrollar la comunicación no verbal, el compañerismo y el respeto a todas las formas de vida.

- El animal de compañía como confidente y generador de auto confianza

Los animales de compañía pueden ser receptores cargados de discreción para los sentimientos y pensamientos más privados de los adolescentes y niños, quienes es muy común que con frecuencia hablen a sus animales de compañía al igual que lo hacen con sus muñecos de peluche o amigos.

- Sentido de responsabilidad

Aunque sabemos que ningún niño puede ser responsable por sí mismo del cuidado de ningún animal de compañía, puesto que ni siquiera puede ser responsable de él mismo aún, esta relación ayuda a generar un sentido de responsabilidad en los niños que participan en sus cuidados.

- Favorecen y nos conectan con la naturaleza

Este vínculo provee un enlace con la naturaleza por demás olvidado en la sociedad actual, sobre todo en quienes viven en zonas urbanas, donde fácilmente se olvida que compartimos este planeta con millones de especies. Los animales de compañía nos recuerdan que somos compañeros de planeta con todos los animales y que pertenecemos a un mismo ecosistema.

- Favorecen y cultivan la no discriminación

Los niños, curiosos por naturaleza, fácilmente analizan las diferencias de los animales de compañía con quienes conviven, mientras cuentan los bigotes de su perro, y nos invitan como adultos a reflexionar sobre nuestras diferencias, y así salir del pensamiento auto centrado y antropocéntrico, cultivando la tolerancia ante nuestras diferencias.

- Alejan de la sobredosis tecnológica, el sobrepeso y sedentarismo

Aspecto muy importante de esta vinculación es que les permite alejarse de la sobredosis de tecnología en la que los menores viven actualmente inmersos. Generaciones enteras de niños viven víctimas del sobrepeso y el sedentarismo. Tener un animal de compañía, en especial un perro, aumenta y promueve la actividad física en los niños.