El plomo es un metal tóxico que puede dañar muchos órganos del cuerpo, como el cerebro, el hígado, los riñones y el sistema nervioso. La intoxicación por plomo es especialmente dañina para los niños, cuyos cuerpos en desarrollo son muy susceptibles. Incluso niveles bajos de plomo pueden causar problemas de salud en los pequeños.
El plomo puede entrar al cuerpo de varias maneras, por ejemplo:
- Respirar polvo o vapores de plomo
- Ingerir alimentos o agua contaminados con plomo.
- Masticar o tragar objetos contaminados con plomo, como juguetes o pintura vieja.
- Puede pasar de madre a hijo durante el embarazo y la lactancia.
El plomo puede acumularse en órganos y tejidos con el tiempo causar problemas de salud, como:
- Afectar el cerebro y el sistema nervioso, provocando dificultades de aprendizaje, problemas de comportamiento y discapacidad intelectual.
- Dañar los riñones y provocar insuficiencia renal.
- Dañar los nervios que controlan la audición, provocando pérdida de audición.
- Interferir en la producción de glóbulos rojos, provocando anemia.
- Provocar infertilidad y abortos.
- Incrementar el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de pulmón y el de riñón.
No existe un nivel seguro de exposición al plomo, por lo mejor es prevenir la intoxicación por este metal.
- Mantener limpia la casa
- Lavarse las manos y lavar las de los niños con frecuencia
- Evitar el uso de pinturas con plomo
- Juguetes libres de plomo, y evitar los juguetes antiguos
- Controlar las cosas que están al alcance de los bebés y que se podrían llevar a la boca
La intoxicación por plomo es un problema de salud grave, pero se puede prevenir.
