Este arroz cremoso, originario del noroeste de Italia, especialmente de Piamonte, de Lombardía y de la zona de Verona, debe su deliciosa textura a que el caldo se añade gradualmente mientras se mueve constantemente.
✔ 1 taza de hongos portobello cortados en tiras finas
✔ 50 gramos de mantequilla
✔ ½ cebolla picada finamente
✔ 2 cucharadas de poro picado finamente
✔ 2 dientes de ajo picados finamente
✔ 1 taza de arroz arborio
✔ ½ taza de vino blanco
✔ 4 tazas de caldo de pollo
✔ 100 gramos de queso parmesano cortado en lajas muy finas
✔ 1 pizca de orégano seco
✔ Pimienta al gusto
✔ 1 cucharada de aceite de oliva
✔ En una sartén calentar el aceite de oliva y saltear los hongos ligeramente. Retirar y reservar.
✔ Bajar el fuego y añadir una tercera parte de la mantequilla. Una vez que esté fundida, agregar la cebolla y el poro para que se acitrone. Cuando la cebolla esté transparente, agregar el ajo y mover suavemente, evitando que se queme.
✔ Añadir inmediatamente el arroz arborio y freír durante 5 minutos o hasta que se vea un poco transparente.
✔ Agregar el vino y mover constantemente hasta que se evapore.
✔ A continuación, agregar media taza de caldo y mezclar constantemente, hasta que se seque. Continuar agregando el caldo poco a poco, cada vez que se haya secado y sin dejar de mover. Si se termina el caldo y el rissoto aún no está al dente, continuar el mismo proceso, pero con agua. <