
El cannabis no es inofensivo.

Un estudio publicado en JAMA Network Open encontró que el consumo de cannabis, tanto reciente como a lo largo de la vida, está relacionado con cambios en la actividad cerebral durante tareas cognitivas. A través de neuroimágenes, los investigadores observaron que el cerebro de los consumidores de cannabis funciona de manera diferente al de quienes no lo consumen.
Uno de los principales hallazgos es que el cannabis puede afectar la toma de decisiones, la memoria y el control de impulsos. Esto sugiere que su consumo podría dificultar la concentración y la resolución de problemas en situaciones que requieren esfuerzo mental.
El estudio también indica que estos efectos pueden ser tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, no se ha comprobado si estos cambios son permanentes o si el cerebro puede recuperarse con el tiempo, si se dejara de consumir esta droga. Se necesitan más investigaciones para entender mejor estas consecuencias.
Otro punto importante es que los efectos varían según la cantidad y la frecuencia del consumo. Esto significa que quienes consumen más cannabis podrían experimentar mayores alteraciones en la función cerebral.
Los investigadores resaltan la importancia de considerar estos hallazgos debido al aumento del uso recreativo y medicinal del cannabis en muchos países. Es fundamental que tanto los consumidores como los profesionales de la salud comprendan los posibles efectos sobre la función cognitiva.